Miércoles 11 de septiembre de 2024
NOTAS Y MATERIALES SOBRE EL PERÚ CONTEMPORÁNEO (II)
Al describir la sociedad peruana contemporánea, el Presidente Gonzalo dice: “…el Perú contemporáneo es una sociedad semifeudal y semicolonial en la que se desarrolla el capitalismo burocrático”. Si bien Mariátegui definió este carácter en el punto 3 del Programa de la Constitución del Partido, es a la luz del marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente del maoísmo, que el Presidente Gonzalo ha demostrado cómo se mantiene el carácter semifeudal y semicolonial y se desarrollan nuevas formas, y particularmente cómo sobre esta base se ha desarrollado el capitalismo burocrático en todo el proceso de la sociedad contemporánea, problema de trascendencia para comprender el carácter de la sociedad y de la revolución peruana.
El capitalismo burocrático es una tesis fundamental del Presidente Mao que aún no es comprendida ni aceptada por todos los marxistas del mundo y que obviamente por razones históricas no era conocida por Mariátegui y que el Presidente Gonzalo aplica a las condiciones concretas de nuestro país. Plantea que para analizar el proceso social contemporáneo hay que partir de tres cuestiones íntimamente relacionadas: los momentos que atraviesa el capitalismo burocrático; el proceso del proletariado expresado en su máxima expresión: el Partido Comunista; y el camino que debe seguir la revolución. Así, nos enseña que en la sociedad peruana contemporánea se pueden distinguir tres momentos a partir de 1895: Primer momento. Desarrollo del capitalismo burocrático. Constitución del PCP. Indicación y trazo del camino para cercar las ciudades desde el campo; Segundo momento. Profundización del capitalismo burocrático. Reconstitución del PCP. Establecimiento del camino para cercar las ciudades desde el campo; y Tercer momento. Crisis general del capitalismo burocrático. Dirección del PCP de la guerra popular. Aplicación y desarrollo del camino para rodear las ciudades desde el campo.
Al mismo tiempo, afirma que la sociedad peruana contemporánea se encuentra en una crisis general, enferma, grave, incurable y que sólo podrá transformarse mediante la lucha armada como lo viene haciendo el Partido Comunista del Perú dirigiendo al pueblo, y que no hay otra solución.
Luego de lo anterior y para continuar con nuestra tarea iniciada con APUNTES Y MATERIALES SOBRE EL PERÚ CONTEMPORÁNEO (I), hoy presentamos una intervención del Presidente Gonzalo en la Universidad de Huamanga (Ayacucho, 1974) sobre el Problema Nacional, lo hacemos para entender algunas cuestiones fundamentales que tienen que ver con el carácter de nuestra sociedad y el carácter de la revolución. Tema que es expuesto de manera magistral, clara y sencilla por el Presidente Gonzalo en el documento que hoy les entregamos.
El documento se encuentra a continuación:
EL PROBLEMA NACIONAL
Todo debate está abierto a aquellos que tienen una opinión,
No a los que permanecen en silencio.
JC Mariátegui
La controversia es útil cuando se pretende
Para aclarar verdaderamente las teorías
y hechos, y cuando sólo aporta ideas y motivos claros.
JC Mariátegui.
PROBLEMAS NACIONALES
Discurso pronunciado por el Dr. Abimael Guzmán en el año 1974 en el Sindicato de Maestros
de Huamanga
La sociedad peruana actual
• Carácter de nuestra sociedad.
• Carácter del proceso revolucionario de la sociedad peruana.
Capitalismo burocrático
• ¿Qué entendemos por capitalismo burocrático?
• Tres líneas del capitalismo burocrático
La situación actual del país
• Condiciones en las que surge el régimen actual
• Los planes y el carácter del régimen.
Obviamente es muy importante analizar los problemas de la sociedad peruana.
Creemos que es necesario conocerlo, porque sin conocerlo no es posible entender los procesos que se dan; si no tenemos claro el carácter de la sociedad peruana, el proceso que se vive hoy, difícilmente podremos entender lo que representa la ley de educación o la ley de minería. Es decir, no es posible entender el problema específico del país, como es el de la educación, sin entender cuál es el carácter de la sociedad peruana hoy y cuál es la situación política. Lamentablemente se conoce muy poco sobre el problema nacional; y más en los últimos tiempos, el Estado ha montado toda una campaña para desvirtuar estos temas; por ello, la necesidad de analizar estos problemas es más urgente.
La sociedad peruana hoy
Carácter de nuestra sociedad
Planteamos: El Perú es una sociedad semifeudal y semicolonial. ¿Qué entendemos por semifeudal y semicolonial? Veamos estas preguntas.
Nuestro país se emancipó en el siglo pasado. Hace 150 años éramos una colonia, vivíamos sujetos a una metrópoli (España), no teníamos independencia política. En cambio, a principios del siglo pasado éramos un país feudal, es decir que nuestra sociedad se basaba fundamentalmente en el trabajo de la tierra, que era el sostén de la economía.
Naturalmente había comercio y modalidades industriales incipientes; pero la base económica era el feudalismo. Se basaba en la existencia de grandes latifundios que pertenecían a unas pocas personas, y sobre esta propiedad latifundista existía la servidumbre, la explotación de los campesinos, que por un trozo de tierra debían prestar servicios personales, trabajando la tierra del señor u otros servicios, incluso domésticos.
Nuestro país era un país atrasado, donde lo fundamental eran las viejas formas de producción y formas de gobierno totalmente caducas. Nuestro país a principios del siglo XIX tenía dos problemas, que con variantes todavía persisten: Uno, el problema de la tierra, el problema del feudalismo, el de la servidumbre del campesinado basada en la propiedad latifundista; Dos, el problema de la soberanía nacional, el de nuestra nación como colonia de España.
La emancipación enfrentó ambos problemas, como lo prueban las luchas por la independencia en cuanto a la soberanía; y, los decretos de Bolívar sobre la propiedad territorial y, los debates parlamentarios en los que se planteó que la emancipación sólo podía lograrse entregando la tierra a los campesinos, en cuanto al problema de la tierra. Pero la emancipación sólo implicaba romper los vínculos con España. Sin embargo, el país pronto fue controlado y luego dominado por Inglaterra. Esta gran potencia capitalista dominaba toda América Latina y, por ende, nuestro país. ¿Qué importancia tiene la dominación inglesa en nuestro país? Antes de la emancipación, éramos un país feudal y colonial. Cuando nos emancipamos, seguimos teniendo una base feudal pero con cierta independencia política; formamos una República a pesar de las vicisitudes de la emancipación y los inicios republicanos. Pero Inglaterra introdujo modalidades de desarrollo superiores al país, modalidades capitalistas, fundamentalmente a través de su comercio y lo vinculó al comercio mundial del guano. Esto implica que la destrucción del feudalismo comenzó a acelerarse; El hecho de que Inglaterra trajera mercancías e introdujera métodos capitalistas aceleró y estimuló la destrucción del feudalismo. Por otra parte, Inglaterra comenzó a controlar e introducir un proceso de colonización en el país. Así, la dominación inglesa implicó el inicio de un cambio, el paso hacia la formación de una sociedad semifeudal y semicolonial en el país.
En este siglo, Estados Unidos logró desplazar la dominación inglesa y convertirse en el amo, allá por los años 1920. Así pues, nuestro país estaba dominado por otra potencia mundial, pero imperialista; cuando Estados Unidos nos dominaba, era un país imperialista, había desarrollado un sistema monopólico, grandes empresas que concentraban la economía del país; por otro lado, era una potencia en expansión colonialista en América Latina e incluso en parte de Asia.
En estas condiciones de dominación imperialista yanqui, nuestra sociedad evoluciona su carácter semifeudal, pero no se destruye totalmente, sigue sobreviviendo. Al igual que bajo la dominación inglesa (sobre todo después de la guerra con Chile), hay un mayor impulso a la destrucción del feudalismo bajo el desarrollo de una forma de capitalismo ligada a los grandes monopolios y dependiente del imperialismo. Además de mantener su carácter semifeudal, nuestro país sigue siendo semicolonial; es decir, un país dominado que, aunque ha declarado su independencia política, vive bajo el dominio de una potencia imperialista en términos económicos, diplomáticos, culturales y militares que hacen de la independencia política una cuestión formal.
Así, la sociedad peruana, desde el siglo XIX, ha evolucionado de una sociedad feudal a una semifeudal y de una sociedad colonial a una semicolonial. En este largo proceso, tres potencias la han dominado y explotado: primero España hasta 1824, sin embargo, los españoles siguieron dominando por muchas décadas más. Después, Inglaterra, que nos dominó más sutilmente; incluso nos creó partidos políticos burgueses y un mejor aparato estatal, para controlarnos mejor con una dominación oculta, más disimulada, pero no menos explotadora. Por último, Estados Unidos, que todavía nos oprime y explota; el imperialismo, que, a pesar de todo lo que se dice, nos domina en todos los niveles.
Cuando éramos un país colonial, teníamos dos problemas: el problema de la tierra y el problema nacional. Bajo el dominio inglés, éramos una sociedad semifeudal y semicolonial, mucho más básica que la actual, obviamente, y teníamos dos problemas: el problema de la tierra y el problema nacional; porque la tierra quedó en pocas manos y la servidumbre siguió prevaleciendo en el país y porque Inglaterra nos dominaba. En este siglo estamos dominados por los EE.UU., seguimos siendo una sociedad semifeudal y semicolonial, mucho más evolucionada que la anterior, sin duda, pero los problemas básicos del país siguen siendo dos: el problema de la tierra y el problema nacional. El problema de la tierra, porque aún sobreviven los modos feudales de explotación y toda nuestra sociedad: nuestra mentalidad acientífica y supersticiosa, nuestra ideología en general así como nuestras relaciones sociales y políticas tienen mucho de feudalismo. El problema nacional porque somos una nación oprimida; aparentemente libre, pero en el fondo sometida a mil formas.
En resumen, la historia del país desde el siglo pasado hasta hoy es la de la lucha de clases feudal y colonial que, bajo la dominación capitalista inglesa y el imperialismo yanqui sucesivamente, ha evolucionado hasta convertirse y es actualmente una sociedad semifeudal y semicolonial con dos problemas básicos no resueltos hasta hoy: el problema de la tierra y el problema nacional.
Carácter del proceso revolucionario de la sociedad peruana
Establecido el carácter de la sociedad peruana, surge una pregunta: ¿cuál es el camino de la transformación revolucionaria? En concreto, ¿cuál es el carácter de la revolución peruana? Hemos establecido que hay dos problemas: el problema de la tierra y el problema nacional, de donde se deriva la solución de los demás problemas del país; porque todos los problemas nacionales dependen del carácter semifeudal y semicolonial de la sociedad peruana. Esto significa que, para que la sociedad peruana cambie, para que se revolucione verdaderamente, hay que resolver estas dos cuestiones: 1) el problema de la tierra, cuya solución exige barrer la semifeudalidad, porque mientras no se barre esta dominación semicolonial no se resuelve el problema de la tierra; 2) el problema nacional, cuya solución exige barrer la opresión imperialista yanqui, porque mientras no se barre esta dominación semicolonial no se resuelve el problema nacional. Así pues, mientras no barramos la semifeudalidad y el semicolonialismo no es posible transformar verdadera y verdaderamente la sociedad peruana, a pesar de todo lo que nos digan; Además, lo que hoy predican no es nuevo, por ejemplo, en el año 19 de este siglo ya escuchábamos cantos de sirena similares. En consecuencia, el proceso de transformación de la sociedad peruana, lo que científicamente se llama la revolución peruana, tiene dos tareas a cumplir: 1) destruir la semifeudalidad y 2) destruir la semicolonialidad. Esas son las tareas de la revolución peruana en su primera etapa. Lo anterior significa que la revolución peruana es antifeudal y antiimperialista; es decir, que necesariamente hay que destruir la supervivencia feudal y el dominio del imperialismo. Por lo tanto, la revolución peruana es necesariamente democrática y nacional. Científicamente hablando, el carácter de la revolución peruana es ser una revolución democrático-nacional; democrática en cuanto que va contra el feudalismo, para destruir las relaciones feudales del país; y nacional en cuanto que es antiimperialista, encaminada a aplastar la opresión imperialista yanqui. Así, en la actual sociedad peruana semifeudal y semicolonial, sólo es posible una revolución democrático-nacional, antifeudal y antiimperialista.
Analicemos el carácter de la revolución peruana en relación con las condiciones históricas concretas. Nosotros teníamos dos problemas desde el siglo pasado: el de la tierra y el problema nacional; pero el siglo pasado y el actual tienen grandes diferencias: en el siglo pasado no había imperialismo; en este siglo sí lo había; en el siglo pasado no había una clase obrera internacionalmente convertida como líder de la revolución, ni había una clase obrera desarrollada en el país, en el actual tenemos una clase obrera triunfante y en el país una clase obrera con una larga historia de lucha. Esas son diferencias muy importantes en el proceso revolucionario de nuestro país.
En el siglo pasado y hasta la década de 1920, la burguesía en el país logró dirigir el proceso de transformación mediante la solución de estos dos problemas. Pero en nuestro país, incluso antes del año 20, se produjeron grandes luchas; heroicas luchas y sucesivos levantamientos campesinos, movilizaciones y luchas estudiantiles y poderosas grandes batallas de la clase obrera; generándose un gran proceso de lucha política en medio del cual la ideología del proletariado empezó a difundirse y aplicarse a nuestra realidad, a través de una figura extraordinaria: José Carlos Mariátegui, cuya labor combativa como hombre pensante y activo marcó un hito en la historia al fundar, en 1928 el partido de la clase obrera del Perú, el Partido Comunista. Así, pues, este período determina un cambio fundamental en nuestra revolución por el cual la burguesía, en las condiciones de dominación imperialista y de existencia de una clase obrera forjada en lucha, ya no puede dirigir el proceso revolucionario en nuestro país; porque, ya ha surgido y se ha desarrollado la clase obrera, que además de disputarle la dirección a la burguesía, es la única clase consecuente capaz de llevar a la revolución peruana a su triunfo. De esta manera, la revolución burguesa en el país tiene dos períodos: 1) la vieja revolución burguesa que se pudo realizar hasta principios de siglo, bajo dirección burguesa; y 2) la nueva revolución burguesa o revolución democrático-nacional, o revolución burguesa de nuevo tipo, bajo la dirección del proletariado, que es la única perspectiva histórica del país. La burguesía, por razones históricas, no ha podido cumplir su papel en el país; pero después de 1928 el proletariado políticamente organizado se levanta y le quita a la burguesía la dirección histórica del proceso revolucionario, como única clase que puede realizarlo. Por lo tanto, la revolución en el país, la destrucción del feudalismo y la dominación imperialista, sólo puede realizarse y a partir de 1928 mediante una revolución democrática nacional y bajo la dirección del proletariado, clase que para cumplir su papel histórico tiene que unirse con el campesinado en una sólida alianza obrero-campesina, ya que el campesinado, como mayoría, es la fuerza principal, aunque no el líder del proceso.
Estos problemas del carácter de la sociedad y de la revolución son de vital importancia, porque nos adherimos firmemente a la posición de que en el país o el proletariado con su partido dirige el movimiento o no hay revolución nacional-democrática, no nos dejaremos engañar, directa o indirectamente serviremos a los enemigos de la clase.
Para concluir este tema señalamos que existen otras tesis contrarias a las presentadas, destacando que la tesis de que la sociedad peruana es capitalista es hoy la más peligrosa. Si el país es capitalista; y si la revolución es socialista; el proletariado y no el campesinado sería la fuerza principal. Esta tesis cambia fundamentalmente el problema importantísimo del camino de la revolución; como vimos hay dos caminos: 1) el de la revolución de Octubre, que es de la ciudad al campo y lo siguen los países capitalistas a través de una revolución socialista; camino que siguió la antigua Rusia o que debe seguir hoy Francia, por ejemplo; y 2) el camino de la revolución china, que es del campo a la ciudad y lo siguen los países semifeudales y semicoloniales o coloniales a través de una revolución democrático-nacional, camino que sigue hoy Vietnam, entre otros. Por lo tanto, si el país es semifeudal o capitalista no es una simple discusión bizantina, porque si uno se equivoca en el carácter de la sociedad, se equivoca en el camino de la revolución y, en consecuencia, ésta no tendrá éxito.
La tesis del carácter capitalista de la sociedad peruana ha sido y es apoyada por el trotskismo y posiciones afines a éste, sin embargo tal tipificación comienza a ser apoyada por el revisionismo para profundizar aún más su entrega al régimen.
Capitalismo burocrático
Este problema es importante para comprender la sociedad peruana, y su desconocimiento es la raíz de graves errores políticos; la tesis del capitalismo burocrático la encontramos en los clásicos y en Mariátegui, aunque en este caso con otro nombre.
¿Qué entendemos por capitalismo burocrático?
Es el capitalismo el que promueve el imperialismo en un país atrasado; el tipo de capitalismo, la forma especial de capitalismo que un país imperialista impone a un país atrasado, sea semifeudal o semicolonial. Analicemos este proceso histórico.
¿Cómo se desarrolló el capitalismo en las antiguas naciones europeas? Supongamos Francia; a finales del siglo XVIII era un país feudal, tenía de 20 a 22 millones de campesinos, los obreros y trabajadores no sumaban sino 600 mil, (ahí se ve el paso feudal que tenía); se basaba en la servidumbre en sus diferentes formas. Sin embargo, en el núcleo feudal de Francia se generaron nuevas formas productivas, manufactureras, capitalistas; y una clase, la burguesía, fue ganando cada vez más fuerza, más poder económico, incluso influencia política. Preguntémonos: ¿Francia era un país sometido a otro? ¿Era un país oprimido? No. Francia era una monarquía absoluta que disputaba con Inglaterra la hegemonía del mundo; no estaba oprimida por nadie. Sus condiciones socioeconómicas e históricas la habían hecho desarrollarse así. ¿En esa época, había imperialismo? No. El imperialismo es de este siglo. Lo que había son países en desarrollo capitalista como Inglaterra, por ejemplo; Y Francia fue desarrollando independientemente una sociedad capitalista. Otros países siguieron el mismo camino y cuando llegó el siglo XIX, Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, etc., ya eran países capitalistas independientes desarrollados.
¿Cuál era la situación de las naciones latinoamericanas en el siglo XIX? Cuando se inicia la emancipación de América (1810), las naciones de Europa ya eran poderosas, en contraste, las naciones latinoamericanas apenas comenzaban a estructurar su nacionalidad, problema que aún no ha sido resuelto. Además, estas naciones, poco después de la emancipación, cayeron bajo el dominio de una potencia, Inglaterra; por lo que su capitalismo se desarrollará bajo la dominación inglesa, como un capitalismo dependiente. Hay, pues, una notable diferencia histórica, económica y política respecto del proceso europeo.
Por otra parte, las burguesías en América Latina se van desarrollando y vinculándose cada vez más al país dominante, de tal manera que estas burguesías débiles, en lugar de desarrollarse independientemente, como lo hicieron las europeas, y servir a los intereses nacionales, se desarrollarán con las burguesías subyugadas, dependientes, entregadas en cuerpo y alma a las potencias imperialistas (Inglaterra o EEUU) en la medida que ellas crean, hasta convertirse en burguesías intermediarias ricas y desarrolladas, como lo demuestra la historia de este siglo.
Esta última vía fue la que se dio en el Perú. Como hemos visto, en la segunda década de este siglo el imperialismo yanqui sustituyó a la dominación inglesa. Para ello, Estados Unidos utilizó a sus intermediarios y se apoderó del poder estatal; este es el sentido y la función del golpe de Estado de 1919 de Leguía y sus once. Este período es clave en el proceso nacional. En 1919, Leguía planteó algunas cuestiones: la reivindicación de los recursos naturales, la concesión de tierras a quienes las trabajaran, la reivindicación de los recursos naturales, la participación del pueblo a través de un plebiscito y la renovación del aparato estatal. Leguía fue el instrumento político directo de Estados Unidos para impulsar su capitalismo burocrático dependiente en el país, para lo cual impulsó a su propia burguesía intermediaria, desplazando del aparato estatal a la que estaba vinculada a Inglaterra mediante una renovación de la burguesía intermediaria que luchó tenazmente contra la llamada oligarquía. De este proceso debemos sacar una lección, entre otras: no basta que un régimen ataque a la oligarquía o reivindique los recursos naturales o hable de entregar la tierra a quienes la trabajan para ser considerado revolucionario; puede tratarse, como ocurre hoy con Leguía, de una renovación de la burguesía intermedia y del desarrollo del capitalismo burocrático.
Así, Estados Unidos inició su dominación en el país y se fue introduciendo paulatinamente en nuestra economía, cambiando sus formas según las fluctuaciones internacionales y la correlación de clases al interior del país. En un período, el imperialismo norteamericano utiliza las modalidades del capitalismo de Estado, en otro, la libre empresa como fundamental; según la cual el Estado interviene directamente de manera más amplia en el proceso económico, promoviéndolo o poniendo en primer plano su papel de guardián de las libres relaciones de la empresa privada.
Tres líneas del capitalismo burocrático
El capitalismo burocrático desarrolla en su proceso tres líneas: una línea terrateniente en el campo, una burocrática en la industria y una tercera, también burocrática, en el terreno ideológico. Sin pretender que éstas sean las únicas.
Introduce la línea terrateniente en el campo mediante leyes agrarias expropiatorias que no apuntan a destruir la clase terrateniente feudal y su propiedad sino a hacerlas evolucionar progresivamente mediante la compra y pago de la tierra por los campesinos. La línea burocrática en la industria apunta a controlar y centralizar la producción industrial, en el comercio, etc., poniéndolas cada vez más en manos de los monopolistas a fin de promover una acumulación más rápida y sistemática del capital, en detrimento de la clase obrera y de los demás trabajadores, naturalmente, y en beneficio de los grandes monopolios y del imperialismo como resultado; en este proceso, el ahorro forzoso a que se somete a los trabajadores, como se ve en la ley industrial, tiene gran importancia. La línea burocrática en el terreno ideológico consiste en el proceso de moldear a todo el pueblo, a través de los medios de comunicación masiva, especialmente en la concepción política y las ideas, particularmente, que sirven al capitalismo burocrático; La ley general de la educación es la expresión concentrada de esta línea, y una de las constantes de esta línea es su anticomunismo, su antimarxismo, abierto u oculto.
Estas tres líneas forman parte de la vía burocrática a la que se opone la VÍA DEMOCRÁTICA , la vía revolucionaria del pueblo; si la primera defiende la propiedad feudal, la segunda propone su destrucción y se opone a la confiscación ante el pago de la tierra; si la primera reconoce y fortalece la propiedad industrial imperialista, la segunda la niega y lucha por su confiscación; si la primera se empeña en subyugar ideológicamente al pueblo, la segunda se empeña en armarlo ideológicamente; y si la primera persigue al marxismo, la segunda sostiene que hay que guiarse por el marxismo como único instrumento científico para comprender la realidad. Son, pues, dos caminos absolutamente contrarios. La historia del país en este siglo es la historia de la lucha de estos dos caminos: el camino burocrático, es decir, del capitalismo sometido al imperialismo, y el camino democrático, el camino de la clase obrera, del campesinado, de la pequeña burguesía y, en determinadas circunstancias, de la burguesía nacional.
Para entender el capitalismo burocrático es muy útil estudiar y analizar los años 60, en los que avanzó más el proceso de destrucción del feudalismo; en este período se impulsó la industria y las relaciones capitalistas en la agricultura. Por otra parte, la lucha de clases se desarrolló mucho; el movimiento sindical, campesino y estudiantil alcanzó niveles altos. Así se desarrolló un fuerte movimiento sindical que en un momento determinado tomó como rehenes a lugareños y dirigentes; el movimiento campesino también tuvo un gran auge, en la segunda mitad del 63 como reguero de pólvora corrió del centro del país al sur; y el movimiento estudiantil tuvo un ascenso considerable. En resumen, la lucha de masas ha vivido grandes experiencias en ese período, la lucha política.
Asimismo, la política de partidos tuvo un gran auge; por una parte, los partidos políticos de la reacción tropezaron con serias dificultades y luchas, desembocando en la crisis de la llamada democracia representativa en los años 67 y 68; por otra parte, la izquierda desarrolló una vigorosa vida política, en su seno se libró la lucha entre el marxismo y el revisionismo, para luego retomar el camino de Mariátegui como condición para desarrollar la revolución.
Otro hecho bastante importante, y no suficientemente estudiado, es el problema de las guerrillas: en el año 65, incluso en esta zona hubo un brote guerrillero. El movimiento guerrillero en el país es parte del proceso nacional. Esta es una primera cuestión que hay que destacar porque los sectarios a veces tratan de considerarla la simple experiencia de una organización y no la ven como la experiencia del pueblo peruano. Es un movimiento íntimamente ligado al proceso político del país, desarrollado según concepciones pequeñoburguesas; es una gran experiencia que necesita ser analizada desde la posición del proletariado para poder sacar lecciones fructíferas.
Es imposible entender nuestra situación en los años 70 y sus perspectivas sin entender las condiciones concretas de los años 60. Hay algo positivo: en los últimos años, la comunidad intelectual peruana ha comenzado a comprender la necesidad de estudiar los años 60. Sólo entendiendo este período estaremos mejor armados ideológicamente para entender la situación actual.
El problema del capitalismo burocrático es importante porque nos permite comprender el camino dominante que está tomando el imperialismo en un país atrasado, en un país semifeudal y semicolonial; al comprender este problema estaremos preparados para combatir la tesis del carácter capitalista del país y sus derivaciones políticas.
Para concluir este tema, tratemos lo siguiente: algunos sostienen que plantear el capitalismo burocrático en el país es desconocer su carácter semifeudal y semicolonial; dicen que se propone encubiertamente que el país es capitalista. Este es un error que desconoce las leyes del desarrollo social de nuestro país y de los países atrasados; porque, precisamente, el capitalismo burocrático no es otra cosa que la vía del imperialismo en un país semifeudal y semicolonial, sin condiciones semifeudales y semicoloniales no habría capitalismo burocrático, así pues, plantear la existencia del capitalismo burocrático es proponer como premisa que el país es semifeudal y semicolonial .
La situación actual del país
Condiciones en las que surge el régimen actual
¿En qué condiciones surge el régimen actual? Veamos el final de los años 60. ¿Qué estaba ocurriendo? Problema económico: 67 devaluación de la moneda, congelamiento de salarios, etc. Crisis económica. Por otra parte, se veía claramente que empezaban a aparecer luchas de masas ascendentes, fuertes luchas obreras y campesinas, similares a las dadas en los años iniciales de la década; se vislumbraba un futuro ascenso del movimiento de masas. En lo político, había choques y divisiones entre y en las organizaciones políticas de las clases dominantes; las famosas disputas entre parlamento y ejecutivo. Además, se acercaban las elecciones, dando oportunidad para aclarar muchos de los problemas del país e incluso para los partidos en disputa, en su afán de monopolizar votos, de airear trapos sucios. En lo ideológico, nuestro país había atravesado un profundo debate de ideas y había quedado bastante claro qué es el marxismo y qué es el revisionismo; además, se empezaba a retomar el camino de Mariátegui, de aplicar el marxismo a las condiciones específicas del país.
Además de lo dicho, cabe destacar dos situaciones:
1) La situación económica del país, es decir, el desarrollo del capitalismo burocrático, ya no podía seguir desarrollándose en la forma anterior y era urgente profundizarlo. Necesitábamos abrir un camino más amplio para que este proceso avanzara en la forma del imperialismo; con las formas anteriores no podía avanzar. No olvidemos que el problema agrario se venía discutiendo desde hacía muchos años, incluso había leyes agrarias: el proyecto Beltrán, las leyes de Pérez Godoy y Belaúnde. Otro tema: en el problema industrial, la ley de la El segundo gobierno de Prado ya era insuficiente y era necesario crear parques industriales, dar prioridad al papel del Estado, se replanteó el plan, etc.; está el plan Belaúnde de 1967 a 1970 que planteó aún más la necesidad de cambiar la condición social del país para construir una nueva sociedad, nacional, democrática, cristiana.
En conclusión, era necesario profundizar el proceso de capitalismo burocrático.
2) En el país existía la llamada democracia representativa, pero el parlamentarismo no satisfizo las necesidades de los explotadores; las masas populares avanzaron con relativa facilidad, causando dificultades, aunque temporales, para las clases explotadoras.
Entonces fue necesario sustituir la modalidad representativa, el parlamentarismo.
¿Es este un caso típico que se dio sólo en el país? No. La década de 1960, en América Latina, implicó la fragilidad del llamado régimen de democracia representativa, la crisis de la parlamentarismo y por tanto la necesidad de sustituirlo por modalidades más estatales
eficaz para la reacción.
En resumen, la necesidad económica de profundizar el capitalismo burocrático y la fragilidad del parlamentarismo, en las condiciones señaladas, planteó a las clases explotadas y al imperialismo la necesidad de un nuevo enfoque político para el país. Así, el régimen actual surge de las necesidades económicas, sociales y políticas de profundizar el capitalismo burocrático.
Existe actualmente un plan económico-social del que rara vez se habla. En resumen, establece: la necesidad de impulsar el capitalismo burocrático, mediante el esfuerzo de los obreros y campesinos, contribuyendo los primeros a través de la ley industrial y los segundos a través de la ley agraria. A su vez, propone la acción directa y primaria del Estado para abrir condiciones para la inversión del capital privado; que el financiamiento necesariamente tiene que venir del imperialismo y como este financiamiento es insuficiente, lo fundamental radica en los recursos propios del país. Este plan muestra claramente su conexión con el proceso de capitalismo burocrático en el país; este plan está claramente vinculado con el de Belaúnde y éste con todo el sistema de capitalismo burocrático en el país.
El plan económico está muy vinculado a la movilización social, pero esa es otra cosa que no está muy clara. El régimen, al haber aprobado sus medidas fundamentales (agrarias, industriales y educativas) ha pasado a una etapa organizativa. Hoy y en el futuro inmediato, estamos desarrollando dentro de la organización, la movilización y la participación que el régimen está impulsando. La movilización social debe entenderse vinculada al proceso económico. El propio gobierno dice que sin la movilización social no podrá cumplir su plan económico-social; y afirma que la movilización social tiene una base, la participación en la propiedad. Últimamente, los representantes del régimen han estado hablando de propiedad social. ¿Para qué sirve eso? La propiedad sirve, detrás del señuelo de la participación en la propiedad, para movilizar a las masas en beneficio del capitalismo burocrático. Por eso, la base de la movilización social es la participación social.
¿Cuál es el propósito de la movilización social? La movilización social es un instrumento político en manos del régimen para promover sus conceptos y abrir un camino que no es ni capitalista ni comunista, es decir, difundir sus ideas. Y al difundir sus ideas busca evitar que las masas se impriman con ideas extrañas, exóticas, foráneas. ¿A qué ideas se refiere? Al marxismo. Este proceso ideológico es para evitar que las masas aprendan el marxismo y así atarlas al camino burocrático. Asimismo, la movilización es un medio para organizar, a partir de las modalidades de propiedad, a las masas y encauzarlas bajo un mando vertical. Esto es lo que entienden por movilización social; es una pieza maestra del sistema al servicio de su plan económico y político. Una de las razones por las que el plan económico no avanza, como ellos esperaban, es la falta de su llamada movilización social.
De lo dicho podemos concluir: la situación política actual del país está centrada en el problema de la movilización de las masas. Ahora y en el futuro inmediato nos movemos en esta situación: quién y cómo movilizar a las masas. El gobierno pretende moverlas según su concepción; los hechos así lo demuestran. El régimen pretende organizar a las masas campesinas, para eso sirve la Ley 19400, pretende organizar a los trabajadores a través de la llamada CTRP. Nacionalista, revolucionaria, participativa; entre el estudiantado crea organizaciones que nacen un día y desaparecen al otro. Todo esto significa el intento de organizar a las masas obreras, campesinas y estudiantiles, lo que revela que la lucha se está dando en el plano organizativo.
Sin embargo, a pesar de la propaganda y los esfuerzos del régimen y sus seguidores, la lucha de masas se intensifica y se desarrolla. ¿Por qué? Porque las condiciones de vida de las masas están empeorando como consecuencia del propio sistema; por eso, por mucho que griten que es la ultraizquierda la que mueve a las masas y las agita, la verdad es que las masas se mueven por sus intereses, y cuanto más conscientes son, más los defienden.
En resumen, las condiciones sociales, económicas y políticas conducen a una intensificación de la lucha de las masas; y la cuestión organizativa enfrenta serias dificultades ante la ofensiva organizativa del régimen, que, incapaz de imponer su control total, tendrá que recurrir más bien a la represión sistemática (de la que hay varios y muy instructivos ejemplos).
En conclusión : la ideología y la política del régimen, incluida la organizativa, expresan un carácter fascista . Las medidas del régimen, lo que expresan sus dirigentes, su modo de organizarse, las expresiones que tiene en relación con el régimen representativo, la manera de tratar las libertades públicas, sólo demuestran una cosa: el abandono del sistema demoliberal y representativo y la adhesión al fascismo. El propio jefe de Sinamos dice que hay un período prerrevolucionario, y que todos los regímenes y organizaciones políticas han quedado obsoletos bajo las nuevas condiciones sociales.
Por otra parte , las medidas aplicadas en el ámbito político, económico y organizativo demuestran de manera concluyente que están sentando las bases de un sistema CORPORATIVO . La esencia de esta cuestión son las organizaciones a distintos niveles, en las que deben participar los empresarios, los trabajadores y el Estado. Tres partes en las organizaciones, esto es lo que se ha definido como corporación desde el siglo pasado. Así lo han planteado los que apoyaron el corporativismo en los años 20 y así lo sostienen hoy en España y Portugal.
Así pues, el régimen actual es un sistema que tiene una orientación ideológica fascista y está sentando las bases de un sistema CORPORATIVO. Se dirá que hay otras tesis. Por supuesto. Hay tesis que sostienen que eso no es cierto, unas sostienen que es un régimen revolucionario burgués que está completando una etapa de la revolución; si recordamos lo visto, esa es una afirmación sin fundamento político, ideológico ni económico. Otra tesis sostiene que el régimen es reformista burgués, que está implementando reformas. ¿Qué es la reforma? La reforma es la concesión que extrae el pueblo con sus luchas, o es el subproducto de la revolución, decía Lenin. ¿Las leyes agrarias, industriales o educativas son concesiones al pueblo? Esto fue suficiente para ver la inconsistencia de esta tesis .
Finalmente, cuando nos emancipamos teníamos dos problemas, el problema de la tierra y el problema nacional, el problema del feudalismo y el problema de la dominación de una potencia extranjera. Han pasado muchos años, nuestra sociedad ha avanzado. El pueblo de hoy no es el pueblo de ayer. Creemos que hoy, después de tantos años, todavía tenemos dos problemas: el problema de la tierra y el problema nacional. De ahí que el proceso de transformación en nuestro país, llamado científicamente , sigue siendo una REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA NACIONAL y ésta sólo puede ser dirigida por el proletariado .
Publicado por Verein der Neuen Demokratie a las 15:59