¿Acaso es una exageración, declarar al Perú en estado de alerta? ¿Por qué el periodista Rafael Romero Vázquez sale al encuentro advirtiendo a la comunidad internacional de la ingobernabilidad del Perú en 3 a 5 años?
Para nadie es un misterio que el Perú ahora mismo es ingobernable. Al gobierno se le está yendo de las manos la administración del Estado y se avoca a «gobernar» Lima como si solo Lima fuera el Perú. Y, por velar sus mezquinos intereses, se entrampan cada vez más en un abismo sin fondo, cometiendo delito tras delito con el afán de limpiar sus culpas.
El pueblo le ha tomado la palabra a la usurpadora cuando dijo que: «Puno no es el Perú». Y, todo el interior del Perú se ha hecho eco de eso que cuando va un representante del Estado es pifiado y echado de la región y salen corriendo con sus escoltas policiales que no son considerados hijos del pueblo, sino lacayos de los opresores del pueblo, por un lado; por otro, el pueblo está viendo la manera de autogobernarse y las masas van tomando conciencia de su destino bajo una administración oficial que los discrimina, que los mata de hambre y con balas. Y otra administrada por ellos mismos bajo un gobierno popular que tendrá que determinar cómo quedará Lima en el futuro, es decir, si es integrado con ellos o la aíslan para que se quede bajo el reinado de la corona española y el imperialismo. Si se opta por lo primero, el Perú tiene futuro; si no, Lima será abandonada a su suerte porque no tendrá nada que ofrecer y ese imperialismo negociará con el nuevo Perú, que es donde están todas las riquezas que serán negociadas de igual a igual.
Sí, la administración del actual Estado va perdiendo, la iniciativa, el futuro del Perú está en manos de las regiones del interior y allí los terratenientes van perdiendo cada vez más el arraigo que durante siglos ha tenido. El indígena, el campesino, ahora se siente dueño de su destino y el odio racial, la xenofobia, la discriminación van siendo desterrados y ese «cholo» ese «serrano» ha tomado conciencia de que no muy distante hay un Nuevo Perú, una Nueva Democracia donde reinara la armonía.
Este periodista tiene miedo cuando dice que no hay que esperar a que se agrave más para dar la clarinada de alerta. Ya es muy tarde y ninguna alerta va a revertir la situación que vive el Perú. La
lucha de clases se ha hecho antagónica hace muchos años y la administración ya no es creíble, no hay confianza en ella. Solo les queda una salida: rendirse, pagar sus culpas en cárceles y que el pueblo tome el poder, pero no lo van a hacer porque se sienten muy seguros con la protección de las FFAA, FFPP y el apoyo del imperialismo, principalmente el NA, que como siempre busca mediar para solucionar momentáneamente la crisis. Ya ocurrió con el gobierno de Fujimori y ocurrirá nuevamente con el gobierno de la usurpadora, que irá a la cárcel junto con otros que han tenido responsabilidad en las matanzas de diciembre del 2022, pero eso no basta. El pueblo peruano quiere, necesita, de una vez y para siempre, su independencia, pero los actuales gobernantes y sus amos, el imperialismo, saben que esto no es posible, por lo que el pueblo tiene que asumir que la única forma de obtener su emancipación es derrotar a través de la guerra al imperialismo y a sus lacayos reaccionarios que no solo están en la administración sino también en el seno del pueblo.
El periodista exhorta a la comunidad internacional para frenar el grado de descomposición que existe hoy en la estructura del Estado. Lo dice como si esta descomposición no hubiera existido desde la década de los ochenta, que fue por lo que insurgió sendero luminoso. Más de cuatro décadas y nadie se percató de que había crisis, solo el pueblo y sendero lo hicieron y ahora lo hace la intelectualidad que también insurge para pedir auxilio a la comunidad internacional, ¿para qué?, para que ayude a solucionar la crisis peruana o para que la solucione. como si la comunidad internacional pudiera intervenir sin darse cuenta de que los dirigentes de esa comunidad internacional son parte del problema y directos beneficiarios de ella, de esa crisis. Incluso el pueblo o una parte significativa de él está esperanzado en la ONU, la OEA y los defensores de los DDHH. Pero estos no pueden hacer nada ni quieren hacerlo.
Sí, tiene mucha razón el periodista: la situación del Perú es crítica y no tiene vuelta atrás.
mayo 2024