El pueblo peruano dejó pasar el último tren en los ochenta y con él la única oportunidad de ser auténticamente libre e independiente. Tren que no volverá en décadas y que el pueblo dejó partir mientras los ronderos y los comités de autodefensa CAD se ponían del lado del gobierno, de las FFAA y FFPP matando guerrilleros, matando comunistas, matando a los mejores hijos del pueblo que luchaban por su liberación. Ahora dónde están esos campesinos, esos ronderos, esos comités de autodefensa, traidores a su pueblo; ha decir verdad, fue el gobierno que enfrentó masas contra masas, campesinos contra campesinos y no como ha difundido la reacción que los comunistas mataban campesinos, eran campesinos armados por el ejercito durante gobierno de García y Fujimori. Ese pueblo también traidor que daba vivas a los fujimoristas y que cree que ahora marchando pacíficamente con bombos y platillos va a conseguir algo, lo único que hacen es seguir postrándose, seguir hincando las rodillas como hace dos siglos, bajo otras condiciones.
Ahora que se joda ese pueblo peruano que nada tiene que ver con esa otra parte del pueblo que cogió las armas para liberar al Perú. ¿Dónde están esos ronderos, esos CAD? Actualmente vienen en marcha pacífica de protesta a Lima confundidos con las masas y que cada vez que lo hacen regresan como perros con el rabo entre las patas para volverlo hacer una y otra vez
llevando siempre en hombros uno que otro muerto sumando alrededor de ochenta, hasta ahora. El pueblo debe saber, debe conocer, que así como había un pueblo combativo de obreros y campesinos, que estaba por la verdadera liberación e independencia del Perú y que se puso del lado de los comunistas, había también otro pueblo traidor integrado por ronderos, comités de autodefensas, de campesinos y de obreros que se puso del lado del Estado, de las FFAA y FFPP. Esos traidores ahora están esperando las elecciones como oportunidad para recuperar el Perú. ¡Qué opas que son! No aprenden, la experiencia no les enseña. Jorge acuña, el mimo, decía:
"Cuando la gente es escasa hay que dejarlos que se convenzan por su propia experiencia"
Pero la gente del interior parece que la experiencia no les enseña, no aprenden de ella; entonces, hay que esperar, no cabe otra. No cabe otra experiencia, otra práctica, que la experiencia de sus muertos. Ochenta familias enlutadas no les basta tiene que haber por lo menos un muerto por familia para que el pueblo pueda reaccionar y comprender que la única forma es la violencia revolucionaria, no esperar que de los 33 millones de habitantes que tiene el Perú, cada familia que son alrededor de 9 millones tenga un muerto asesinado por el gobierno y sus fuerzas represiva; eso sí, estar cien por ciento seguros de que lado estarán los ronderos y la CAD. Tendrán también que tener valor para apretar el gatillo delante del hijo, militar o policía, al que tiene que enfrentar, este no dudará en apretar el gatillo ante el hermano, la madre o el padre en defensa de los intereses de la oligarquía de los grupos de poder, ya lo están haciendo, ochenta hijos del pueblo asesinados entre diciembre de 2022 y febrero de 2023.