Hay quienes dicen que el pueblo somos todos, los treinta y tantos millones de peruanos y es cierto, pero con una diferencia. Que hay una tanda de peruanos, la minoría que pueden haber nacido en el Perú y se han hecho acreedor oficialmente, por ese solo hecho, a que se le denomine así pero nada más, no hay ningún otro vinculo que los ligue con esa tierra que los los parió. Esa minoría se sienten extranjeros, reniegan de sus orígenes, ya se sientes españoles como estadounidenses o franceses, etc., etc. Entre ellos no hay uno que no tenga una descendencia indígena, por muy clara que sea su piel y por muy alta que sea su alcurnia que le viene de familia desde los conquistadores. Son reaccionarios. Se desgañitan defendiendo dicen a la patria, al Perú, pero en los hechos lo traicionan; son los acriollados que reniegan de su origen, de su identidad; son racistas, xenófobos, lacayos y serviles de la burguesía compradora y extranjera, son vendepatria.
A estos se arriman arribistas, oportunistas, lacayos de lacayos. No sé quién es peor si los “pitucos” (Alva, tudela...) o estos “apitucados” (waldemar Cerrón, Bermejo, Bellido...) que buscan ascender a la posición de los otros a quienes ayer censuraban y con quien ahora se codean. Una muestra de esta gentuza la encontramos en el congreso, sin excepción, tanto de “izquierda” como de derecha, son la misma porquería.
El pueblo. ¡Pueblo, pueblo! Ese que sufre al Perú desde hace siglos, que son la gran mayoría, ese pueblo que es discriminado, humillado, engañado, exterminado de diversas formas, desde el hambre hasta el genocidio y un sin número de causas entre estas dos. Ese pueblo, que ahora se levanta reclamando sus derechos ha comprendido que es el soberano, que es el dios y que el Perú es de todos no de un reducido número de traidores genocidas vendepatria que no puede decidir por esa gran mayoría como la ha venido haciendo. Y, lo más importante ha comprendido que:
!Solo el pueblo salva al pueblo!