Pintura en el sur de Estocolmo en conmemoración del Día de la Heroicidad.
“La sangre derramada jamás será olvidada” – Preso revolucionario en la prisión de Canto Grande, 1991.
Cada 19 de junio se celebra el Día de la Heroicidad en Perú y en todo el mundo. Este día se conmemora el levantamiento de los prisioneros de guerra en Perú que lucharon en defensa de la revolución y su vida durante las brutales masacres carcelarias de 1986.
Ese día, en plena Guerra Popular, el llamado "gobierno de izquierda" del Perú masacró a cientos de prisioneros de guerra revolucionaria. Los prisioneros se habían apoderado de su prisión y la habían convertido en una trinchera más al servicio de la revolución, e incluso ante un ataque conjunto de la Fuerza Aérea, el Ejército, la Marina y la Policía, los combatientes revolucionarios lucharon hasta la muerte antes de rendirse.
Cientos fueron asesinados sin juicio y de la manera más brutal. Este asesinato no fue fácil, y es la heroica resistencia de los prisioneros la que nos brinda las lecciones y ejemplos ideológicos más contundentes hoy. El Estado peruano, cobarde como es, asesinó a unos 300 prisioneros de guerra que habían convertido las celdas de la prisión en trincheras de la guerra popular. Estos hijos del pueblo demostraron lo que significa perseverar en la revolución, no rendirse jamás, ni siquiera en las circunstancias más difíciles.
Cuando la guerra popular en Perú, iniciada en 1980, cobró impulso bajo la dirección del Partido Comunista del Perú (P C P) y el presidente Gonzalo, el pueblo de todo el país se movilizó en ella. Para que los lacayos del imperialismo en Perú mantuvieran su posición, se emplearon los métodos más crueles. Especialmente tras las exitosas fugas de prisioneros de guerra organizadas por el P C P, y más espectacularmente el ataque guerrillero a una prisión en Ayacucho que liberó a cientos de presos, el régimen reaccionario adoptó la política de concentrar a los acusados de ser "terroristas" en cárceles de Lima. Pero tras incluso las rejas, estos presos no se rindieron. Los combatientes vivieron colectivamente, en la medida de lo posible, en estas guaridas infernales, para resistir mejor los intentos del enemigo de quebrantar sus cuerpos y mentes. Realizaron e ducación política , ideológica y física y producir arte y artesanías destinadas a apoyar e impulsar la guerra popular en el Perú y la revolución en todo el mundo.
Una de las más famosas fue una magnífica alfombra multicolor que celebraba la fundación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, con el símbolo del globo terráqueo liberándose de sus cadenas. Este testimonio tangible de la política internacionalista proletaria y del indomable espíritu maoísta fue sacado clandestinamente de la prisión de la isla de El Frontón y llevado como parte de una gira mundial en apoyo a la guerra popular, asombrando e inspirando a miles de personas en Asia, Europa y América que lo presenciaron.
Las pinturas, la música coral revolucionaria grabada y otras obras de arte producidas por los prisioneros ayudaron a promover y financiar el movimiento mundial en apoyo a la guerra popular en Perú, y junto con los poemas, canciones, obras de teatro y otras obras creadas mientras estuvieron en manos enemigas, siguen desempeñando un papel en la lucha hoy.
En lugar de ser "retirados del combate" al ser capturados, estos hombres y mujeres continuaron esforzándose por encarnar el lema " La rebelión se justifica! " de todas las maneras posibles. Lo más importante es que encontraron maneras de usar su fuerza colectiva y la incapacidad del gobierno para extinguir la chispa de la furia, desenmascarando al régimen y llamando a millones de personas a apoyar y librar una guerra popular cada vez mayor. Cuando se hizo evidente que las autoridades intentarían "resolver" el problema mediante desesperadas y sangrientas, incluyendo traslados y asesinatos, los presos tomaron las principales cárceles políticas del país y declararon: "Resistiremos. No nos sacarán vivos de aquí. Exigimos garantías contra los planos del gobierno".
El gobierno, hipócritamente, fingó negociar con los presos, quienes habían exigido razonablemente que se acatara un acuerdo previo para reconocerlos como "presos especiales" y no como "criminales terroristas", y que se suspendieron los traslados. Pero pronto el gobierno llevó a cabo las masacres que había planeado desde hacía tiempo. Envió a sus marines armados con ametralladoras pesadas y armas antitanque, helicópteros artillados y artillería naval. Los prisioneros de El Frontón soportaron dos días de combate cuerpo a cuerpo con hondas, ballestas caseras y un puñado de armas capturadas. Los prisioneros de Lurigancho resistieron a los comandos de las fuerzas armadas ya la infantería de marina durante un día entero; la mayoría de los prisioneros fueron asesinados metódicamente tras la reconquista de la prisión. Los combatientes de la cárcel de mujeres del Callao también resistieron al enemigo durante unas 24 horas, con el saldo de varios muertos y numerosos heridos.
Como es bien sabido, este atroz acto del régimen resultó contraproducente. Contribuyó a exponer y aislar al régimen y demostrar a millones de personas que la guerra popular, bajo el liderazgo del P C P, es la única vía para resolver los problemas del Perú. En lugar de la derrota política que el régimen había intentado infligir a la guerra popular "restableciendo su autoridad" y demostrando su infinita capacidad genocida, fueron los presos quienes asestaron un golpe a la reacción peruana ya sus lacayos imperialistas. Pero la semilla del enemigo por la sangre popular, por supuesto, nunca se sacia.
En 1992, cuando el gobierno de Fujimori planeó otra masacre en la cárcel de Canto Grande en Lima, los presos ocuparon las secciones de hombres y mujeres y exigieron la creación de una comisión para supervisar los traslados planificados de presos y garantizar sus vidas.
El 6 de mayo, Fujimori envió 500 soldados de élite con fusiles, lanzacohetes, bolsas de dinamita y explosivos plásticos, así como un helicóptero artillado con cohetes. Al ser repelidos, mil soldados intentaron asaltar la prisión al día siguiente, nuevamente en vano. Finalmente, el 9 de mayo, los presos, tanto hombres como mujeres, concluyeron que habían logrado plenamente sus objetivos y marcharon del brazo cantando La Internacional. Las cobardes bestias reaccionarias seleccionaron y asesinaron a muchos presos sospechosos de ser dirigentes . Entre estos héroes comunistas cayeron varios miembros muy importantes del partido.
A pesar de las dificultades que sufrió la guerra popular tras la captura del Presidente Gonzalo en septiembre de 1992, la guerra popular en Perú nunca ha cesado. Aunque el imperialismo y la reacción, junto con el revisionismo, han hecho todo lo posible por aplastar al Partido y la revolución, fracasan día a día.
Un nuevo poder continúa desarrollándose, la guerra popular continúa. Como parte de esto, el P C P ha continuado, a pesar del genocidio continuo perpetrado por el Estado fascista peruano, luchando con el espíritu expresado por el Presidente Gonzalo en su histórico discurso del 24 de septiembre de 1992. Desde una celda, donde el gobierno intentó humillarlo a él ya toda la revolución ante la prensa, menospreció su condena a prisión, calificándola simplemente de "una recodo en el camino". Llamó desafió a la continuación de la guerra popular, declarando: "Aunque el camino es largo, lo recorreremos hasta el final. Alcanzaremos nuestra meta y venceremos. Ya veremos".
Desde las cárceles, la reacción, el Estado peruano bajo la dirección del imperialismo yanqui, fomento la estructuración de la Línea Oportunista de Derecha (LOD). Esta LOD, organizada desde la reacción con capituladores, es la cabeza del nuevo revisionismo al negar el pensamiento g onzalo y el marxismo-leninismo-maoísmo. Han librado una increíble campaña de mentiras contra el P C P y el Presidente Gonzalo con el objetivo de declarar la Guerra Popular y el partido muertos, ya Gonzalo como un "distanciamiento del terrorismo" y un capitulador. La LOD niega el carácter semicolonial y semifeudal de los países del Tercer Mundo. Afirman que han dejado de serlo debido al "neoliberalismo", aplicado desde principios de la década de 1990 y, en el caso de Perú, también porque las relaciones semifeudales se destruyeron con la Guerra Popular y se creó un capitalismo dependiente en Perú, y que "la lucha actual es por los derechos democráticos, una nueva constitución y la soberanía". Así, estos renegados niegan lo establecido por el maoísmo y el pensamiento de Gonzalo: el imperialismo, el capitalismo burocrático y el semifeudalismo no solo pueden ser barridos por la revolución de nueva democracia llevada a cabo, defendida y desarrollada con guerra popular que continúa ininterrumpidamente hasta el comunismo. En cambio, los revisionistas propagan el cretinismo parlamentario, la amnistía y la "paz", y colaboran con la reacción denunciando, persiguiendo y asesinando para aplastar a las camaradas y la guerra popular. ¡EL REVISIONISMO ES EL SIRVIENTE MÁS PELIGROSO DEL IMPERIALISMO! La LOD , desde 1993 hasta la fecha, ha servido a todos los gobiernos del viejo Estado peruano.
El Día de la Heroicidad nos llama a luchar con más fuerza y determinación contra el imperialismo, el sistema mundial que azota a los pueblos del mundo con guerra, miseria, pobreza y hambruna; contra la reacción, contra todos aquellos que defienden de diversas maneras la continuidad del orden actual; y contra el revisionismo, contra todos aquellos que distorsionan la lucha popular y la desvían del camino.
Continúan estallando rebeliones entre los prisioneros de guerra, no solo en Perú, sino en todo el mundo. Entre las camaradas que luchan en las guerras populares y en las luchas de liberación nacional en todo el mundo, la reacción está empleando las más terribles medidas contra los luchadores populares. En las guerras populares de Perú, Turquía, India y Filipinas, innumerables camaradas están tras las rejas. En Palestina, los combatientes de la resistencia están siendo encarcelados en todo el país. Este día demuestra que, incluso en las circunstancias más difíciles, el curso de la revolución puede continuar; que lo decisivo no es lo externo, sino lo interno; que la línea política e ideológica y la determinación inquebrantable son más fuertes que la ilimitada capacidad de terror del enemigo.
Saludamos al Partido Comunista del Perú, a la Fracción Roja del Movimiento Comunista Internacional, a los combatientes del Ejército Popular de Liberación ya las masas que participan en la guerra popular. Sigan enarbolando el Día de la Heroí ciudad .
¡La guerra popular es invencible!
¡Viva la guerra popular en el Perú!
Publicado por Verein der Neuen Demokratie a las 15:24
El 19 de junio, se cumplen 39 años en que un grupo de prisioneros de guerra del PCP armados con la ideología del proletariado, del partido comunista, se atrevió a plantar cara a la reacción y de forma simultánea en tres penales del Perú: Lurigancho, Santa Bárbara y el Frontón, decidieron rebelarse y hacer frente con lo que ya se venía venir, el genocidio que fue denunciado previamente por los comunistas.
Alrededor de trescientos prisioneros políticos en condición de prisioneros de guerra, ofrendaron sus vidas, dando ejemplo de dignidad, entrega y heroicidad para desenmascarar a ese truhán, genocida y vendepatria de Alan García rebelándose en defensa de sus vidas y de la revolución demandando 26 reivindicaciones siendo respondidas con un monstruoso genocidio por el Estado dirigido por este ladrón, por esta rata de García del partido aprista con el apoyo de ese otro partido de IU dirigido por Barrantes Lingan. La mala gestión de su administración frente al Estado y los múltiples genocidios cometidos en tan corto período, desenmascaró, a estos partidos que al día de hoy ya casi no existen. La complicidad del presidente de la Internacional Socialista y su séquito de alrededor de 700 miembros como era de esperar actuaron con mucha diplomacia (hipocresía), leer informe,*. Al día de hoy han pasado 39 años de tan horrible genocidio y la vida continua como si nada hubiese pasado, nadie está pagando culpa por tan execrable delito.
¡GLORIA AL DIA DE LA HEROICIDAD!
I.- LA GUERRA POPULAR EN EL PERU
El 17 de Mayo de 1980, el Partido Comunista del Perú cumpliendo con su misión histórica tomó las armas para llevar adelante la revolución democrática que derrumbe la explotación y opresión del imperialismo principalmente yanqui, del capitalismo burocrático y de la semifeudalidad subsistente a fin de conquistar el Poder para el proletariado y el pueblo, dentro del contexto de la revolución mundial y sirviéndola. Desde entonces y bajo las invictas banderas del marxismo-leninismo-maoísmo y el pensamiento guía, se desarrolla el camino de cercar las ciudades desde el campo y se libra la guerra revolucionaria como una sólo unidad siendo el campo el teatro principal de la acción armada y el citadino complementario pero necesario; en síntesis una guerra popular, en esencia una guerra campesina dirigida por el Partido Comunista cuya médula es crear bases de apoyo.
Los siete años de guerra popular victoriosa se explica porque contamos con un Partido de nuevo tipo, marxista-leninista-maoísta, pensamiento guía, porque sin Partido Comunista no hay revolución para el proletariado y el pueblo. Asimismo porque nuestro Partido está dirigido por el Presidente Gonzalo quien en dura brega lo reconstituyó, lo preparó y lo viene dirigiendo justa y correctamente en los siete años de nuestro proceso y lo enrumba hacia la consecución de nuestra meta final: el Comunismo, pasando de la revolución democrática a la revolución socialista y a sucesivas revoluciones culturales previamente.
Nuestra guerra popular tiene cuatro hitos: definición, preparación inicio y desarrollo de la guerra de guerrillas.
Definición. (mayo-junio 79) Clave el IX Pleno que se guió por la consigna "Definir y Decidir" aprobándose "Iniciar la lucha armada", terminando así un largo capítulo de la historia del Partido e iniciando otro: había culminado la Reconstitución y se abría la nueva etapa, la de la lucha armada.
Preparación. Es la I Conferencia Nacional (nov. 79) y la I Escuela Militar (abril 80) donde se vio la preparación. En este hito se sanciona el Programa del Partido, la Línea política general de la revolución peruana y los Estatutos partidarios; se resuelven problemas de estrategia política referente a la violencia revolucionaria, la guerra popular y la construcción de los tres instrumentos: Partido, Ejército y Frente Unico y, se asume la decisión de forjar la I compañía, el 3 de Diciembre de 1979, por eso en esa fecha conmemoramos el Día del Ejército Guerrillero Popular.
Inicio. El 17 de mayo de 1980, en Chuschi, con acciones de boicot a las elecciones se inició la guerra popular. Duró todo 1980.
Desarrollo de la guerra de guerrillas del 81 hasta hoy, tiene que ver con que nos encontrarnos en el período más largo de la guerra: la defensiva estratégica.
En estos cuatro hitos debe destacarse los planes militares: Plan de Inicio, Plan de Abrir zonas guerrilleras, Plan de Desplegar, Plan de Conquistar Bases, Plan del Gran Salto y actualmente Plan de Desarrollar Bases.
Los años transcurridos pueden sintetizarse así: el 80 es el inicio de la lucha armada, de la guerra de guerrillas; el 81 y el 82 son el despliegue de la lucha guerrillera y del surgimiento de los Comités Populares, del Nuevo Poder de obreros, campesinos y pequeño burgueses, de dictadura conjunta basada en la alianza obrero-campesina dirigida por el proletariado a través de su Partido; el 83-84 son las luchas en torno al restablecimiento-contrarrestablecimiento y, del 85 a hoy la continuación de la defensa, desarrollo y construcción para el mantenimiento de las bases de apoyo y la expansión e intensificación de la guerra popular en todo el ámbito de nuestras serranías, de Norte a Sur, de Ecuador a Bolivia.
En este séptimo año con el comienzo de la aplicación del Gran Plan de Desarrollar Bases hemos hecho el más grande remecimiento del Estado reaccionario fracturando sus bases con nuestra acción en el campo como principal y hemos logrado la mayor repercusión tanto nacional como intencionalmente. El Partido está demostrando su condición de heroico combatiente, el Ejército Guerrillero Popular está más templado y se desarrolla más y más y lo que es principal el Nuevo Estado se desarrolla también más y más; la incorporación de las masas a la guerra popular, principalmente del campesinado pobre es creciente y sólo así se explica los siete años de guerra popular marxista-leninista-maoísta, pensamiento guía victoriosa basada en el autosostenimiento, no está sujeta a ningún amo, superpotencia o potencia alguna, y por tanto con autodecisión.
II- LOS PRISIONEROS DE GUERRA.
Contra el Desarrollo de la Guerra Popular el Estado reaccionario desató su guerra contrarrevolucionaria, toda guerra se da entre dos campos. Esta guerra contrarrevolucionaria se guía por la estrategia de la contrarrevolución mundial encabezada por el imperialismo yanqui; así Belaúnde siguiendo los dictados de su amo imperialista lanzó a las fuerzas policiales a combatir la guerra popular a la que tildan de "terrorismo" y "siendo delito común" correspondía combatir a las fuerzas policiales, las mismas que usaron como método de "combate" la represión cruel, las detenciones, torturas, violaciones a las hijas del pueblo, asesinatos, siguiendo su política de "robar todo, quemar todo y matar a todos", teniendo como respuesta la justa ira de las masas que dirigidas por el Partido Comunista del Perú las derrotaron humillantemente; así fracasaron todos los operativos policiales.
Ante la derrota de las fuerzas policiales y principalmente por el surgimiento del Nuevo Poder, el gobierno de Belaúnde dispuso la intervención de las Fuerzas Armadas reaccionarias y se les encomendó el restablecimiento del orden público y por ende el aplastamiento de la guerra popular. Así, con el ingreso de las Fuerzas Armadas bajo el gobierno de Belaúnde y posteriormente de Alan García han desatado, contando con el apoyo de las fuerzas policiales, el terror blanco en campo y ciudad aplicando sus planes de utilizar masas contra masas; pero al fracasar también este plan recurrieron al genocidio y dentro de él las desapariciones llegando hasta mayo de 1986 a ocho mil setecientos (8,700) peruanos que han sido asesinados en la forma más vil y siniestra; siendo cuatro mil setecientos (4,700) asesinados, muchos de ellos encontrados en las fosas comunes y cuatro mil desaparecidos (4,000). Son ocho mil setecientos hijos de las masas más pobres y explotadas, del campesinado principalmente y de los barrios y barriadas. A más de continuar con la persecución, detención, torturas y encarcelamientos de los prisioneros de guerra en siniestros campos de concentración, habiendo llegado hasta el genocidio de exterminio el 19 de junio de 1986.
Desde el comienzo la reacción, al no poder derrotar en el campo de batalla a la revolución, lo que ha hecho es cebarse con los que tenían en sus manos: los prisioneros de guerra. Así, desde que son detenidos son recluidos en calabozos inmundos, les son negados todos los derechos que su ley contempla, son torturados salvajemente desde la tortura sicológica como simulacro de fusilamiento pasando por los ahogamientos en pozas de agua sucia, descargas eléctricas en las partes más sensibles del cuerpo, quemaduras, golpes en la cabeza, en los pies, en el hígado hasta la violación sexual mediante la introducción de objetos contundentes (palo, fierro hasta FAL), tanto a hombres como a mujeres, tratando vanamente de quebrar su moral revolucionaria y obligarlos a firmar declaraciones autoinculpatorias. Torturas que se aplican en las dependencias policiales, de ellas principalmente la DIRCOTE, así como en los cuarteles de las Fuerzas Armadas. Luego de trasladarlos a cárceles que son verdaderos campos de concentración buscan sistemáticamente aniquilarlos por las condiciones infrahumanas en que viven. Allí los someten a una alimentación totalmente deficiente (se destina I/. 7.00 por prisionero, suma que no cubre ni para un tarro de leche), impidiendo incluso que sus familiares les lleven alimentos, por ejemplo está prohibido llevar comida los días que no sean de visita (sábado y domingo), e incluso se pone trabas limitando la visita a familiares directos y a éstos se les somete a revisiones humillantes y ante su justa protesta, por este trato, se suspende las visitas. En síntesis, se aplica un plan de aislamiento y aniquilamiento.
Siendo los prisioneros de guerra combatientes del Ejército Guerrillero Popular dirigido por el PCP, aún estando presos mantienen tal condición y cumplen las tres tareas del ejército de nuevo tipo:
- Combatir. Han desarrollado sucesivas luchas por conquistar y defender sus derechos, siendo las más importantes las libradas el 23 de diciembre de 1982 en el Frontón en que los prisioneros de guerra se atrincheraron durante cinco días sin luz ni agua ni alimentos ante una requisa de los guardias republicanos que los atacaban ferozmente. Los prisioneros resistieron heroicamente expresando su firme decisión de no permitir una requisa más pues eran robos y masacres. Esta lucha culmina exitosamente arrancando la visita de sus familiares que había sida suspendida hacía quince días.
Un salto en este aspecto es la lucha conjunta de las tres luminosas trincheras de combate (LTC) del Frontón, Lurigancho y el Callao del 13 al 16 de julio de 1985 logrando la firma de un Acta de 24 puntos en la que se les reconoció la condición de Presos especiales, como un paso al reconocimiento de su condición de presos políticos, obtuvieron se les reconociera las libertades y derechos constitucional y legalmente establecidos por la presión de la propia lucha popular, derivado de ellos es el derecho a la autoadministración y a vivir separados del resto de la población penal, entre otros beneficios logrados en dicha Acta.
Ni bien subió el Gobierno aprista esta Acta fue negada con el genocidio del 4 de octubre de 1985 en Lurigancho donde fueron asesinados con premeditación, sevicia y vesania, treinta prisioneros de guerra y veintitrés heridos de gravedad más doscientos cuarentitrés con diversas heridas. Los cadáveres no fueron entregados a sus familiares pese a existir mandato judicial. Sin embargo, este genocidio potenció la combatividad de los prisioneros de guerra sobrevivientes quienes desarrollaron una exitosa lucha el 30 de octubre (con toma de rehenes), logrando una nueva Acta de ratificación a la anterior de 24 puntos, a más alto nivel porque fue firmada por el vice-ministro de Justicia y otras autoridades del gobierno aprista. De ahí en adelante se desarrollaron campañas de desenmascarar y resistir al nuevo plan genocida en marcha.
- Producir. Los prisioneros de guerra hacían y hacen trabajos de artesanía diversa llegando a crear verdaderas obras de arte, a más de ser fuente de ingresos para la satisfacción de sus necesidades fundamentales y no simplemente una carga más para el pueblo al que sirven.
- Movilizar. Hacen trabajo de masas politizando, movilizando y organizando a sus familiares, así como para neutralizar a los presos comunes; y lo que es fundamental desarrollar su propio trabajo: ideológico, político y organizativo, en todos los planos, bajo la dirección del Partido Comunista del Perú.
Su vida en las LTC es ejemplar, disciplinada, alegre, organizada, cumpliendo tareas colectivas de estudio, limpieza y cocina. También celebran con exultante alegría las fechas históricas e importantes del Partido, el Ejército Guerrillero Popular y la Guerra Popular.
Así, mediante luchas los prisioneros de guerra transformaron las negras mazmorras de la reacción en luminosas trincheras de combate donde flameaban las banderas rojas con la hoz y el martillo; trincheras que fueron destruidas con el monstruoso genocidio de exterminio del 19 de junio. Los sobrevivientes actualmente se encuentran en la prisión fascista de Canto Grande, campo de concentración donde nuevamente por acción del Partido y la indoblegable lucha de los prisioneros de guerra, está surgiendo otra LTC donde de nuevo ya cantan, pintan consignas y desarrollan trabajo político combatiendo, produciendo y movilizando en condiciones más duras.
III. EL GENOCIDIO DEL 19 DE JUNIO.
Como hemos visto, parte de la guerra contrarrevolucionaria es el genocidio y así como se desató en el campo, ante el mayor desarrollo de la guerra revolucionaria, el genocidio se extendió a la ciudad con el gobierno de Alan García Pérez, expresándose en Garagay, y el 4 de octubre en Lurigancho. Es dentro de este marco general y el específico del plan de genocidio llevado desde años atrás contra los prisioneros de guerra, que debe enfocarse el genocidio de junio y en la perspectiva de la celebración del congreso de la llamada Internacional Socialista donde Alan García pretendía encumbrarse como "dirigente tercermundista", buscando además fortalecer su gobierno internacionalmente y, así, en mejores condiciones golpear la guerra popular en la parte que él consideraba más débil, los prisioneros de guerra; sumado a esto la venganza de la Marina por el aniquilamiento de Ponce Canessa miembro de su Estado Mayor y teniendo como antecedente las provocaciones sistemáticas contra los prisioneros de guerra en golpizas, amenazas de muerte, detención y persecución de sus familiares y defensores, la campaña de traslado al nuevo campo de concentración de Canto Grande, los vuelos de reconocimiento sobre el Frontón, las incursiones de la Marina y la aprobación por el Parlamento del regreso de los prisioneros a las cárceles de sus lugares de origen hacía ver claramente que el plan de genocidio apuntaba a su aplicación en mayor escala por uno u otros medios, buscando el gobierno aprista y las Fuerzas Armadas reaccionarias el momento más favorable políticamante a sus fines. El 18 de junio de 1986 los prisioneros de guerra de El Frontón, Lurigancho y el Callao se levantaron en rebelión contra el nuevo genocidio en marcha, después de haberlo anunciado públicamente ante los tribunales y autoridades, reiteradamente; se rebelaron en defensa de la revolución y de sus vidas demandando 26 reivindicaciones muy justas y racionales, siendo respondida por el Estado reaccionario, bajo la dirección política de García Pérez y su gobierno y a través de sus Fuerzas Armadas y Policiales, con un monstruoso genocidio de exterminio que ha repercutido mundialmente con la horrorizada condena de la bárbara matanza, derrumbando como castillo de naipes el pregonado prestigio internacional de Alan García; y generando en el país la más grave crisis del gobierno aprista agudizando las contradicciones en la propia reacción, removiendo las instituciones políticas particularmente a la autodenominada Izquierda Unida (IU) y en especial a Barrantes Lingán el aprista encubierto que la encabeza, y remecido profundamente a todo el pueblo peruano, arrancándole la careta al Apra y mostrando su verdadero carácter reaccionario de fascista y corporativo.
El 18 de junio del 86 a las 6 am., los prisioneros de guerra toman rehenes y exigen la solución de las 26 demandas que, en síntesis, era el respeto a las actas del 1 6 de julio y 31 de octubre de 1985 para lo cual piden la formación de una Comisión integrada por Autoridades, Familiares y sus Abogados; y, esto lo hacen conocer a los Jueces de Ejecución Penal y Fiscales de los 3 penales, viéndose éstos impedidos de cumplir sus funciones por la orden del Consejo de Ministros presidido por Alan García que dispuso el aplastamiento de la rebelión por las Fuerzas Armadas, a cuya dirección se sujetarían las Fuerzas Policiales.
El ejército fue el encargado de desatar el genocidio en Lurigancho y bajo su mando la Guardia Republicana (Llapan Atic); habiendo bombardeado con granadas de guerra explosivos y bazucas el Pabellón Industrial para posteriormente rematar a los heridos y fusilar a los sobrevivientes que según el propio Alan García habrían sido 100, los que fueron desnucados, atravesados con bayoneta y cercenados. En el Callao la encargada fue la Fuerza Aérea y bajo su mando la Guardia Republicana; con explosivos y baleamientos tomaron el control del penal asesinando a 2 prisioneras de guerra y masacrando a las sobrevivientes, para luego secuestrarlas y llevarlas a la cárcel de varones de Cachiche por un mes y, posteriormente, a Canto Grande. En el Frontón, se consumó una siniestra venganza de la Marina de Guerra habiendo atacado con cañones, explosivos, bazucas, FAL, granadas de guerra, por aire, mar y tierra; no pudiendo tomar el control hasta después de 20 horas por la feroz resistencia librada por los prisioneros de guerra, pese a encontrarse en condiciones muy inferiores; para después ensañarse con los heridos y cadáveres, dejando el Pabellón Azul reducido a nada destruyéndolo totalmente, luego de haber secuestrado a más de sesenta (60) y fusilado un número indeterminado de prisioneros de guerra. Sólo quedaron treintaicinco por (35) sobrevivientes reconocidos. En total en las tres LTC doscientos cincuenta asesinados (250).
Los responsables de este crimen monstruoso son en primer lugar, Alan García Pérez, la dirección del partido aprista, el Consejo de Ministros incluido Alva Castro porque fue consultado, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales, principalmente los jefes de las distintas armas, especialmente superiores que ordenaron, planificaron y ejecutaron este negro genocidio; en segundo lugar, la dirección de la Izquierda Unida y principalmente Barrantes son corresponsables. En tercer lugar, los dirigentes de los partidos políticos, así como los jerarcas de la Iglesia que fueron comunicados de la situación y de las medidas dispuestas y no hicieron nada. Luego, no se puede menos que condenar los infundios, las infames imputaciones de los diversos medios y órganos de información entre los cuales está el semanario Amauta. También tiene responsabilidad la llamada Comisión de Paz, la Corte Suprema, el Colegio de Abogados de Lima principalmente, ¿qué hicieron?; la siniestra labor de Elejalde, entonces Fiscal de la Nación, que justificó el genocidio; el papel funesto de Luis Alberto Sánchez; la siniestra labor de Aquézolo, Mantilla que estuvo disparando en los hechos. La complicidad infame de Willy Brandt, de Carlos Andrés Pérez.
El genocidio del 19 de junio ha dado como resultado un triunfo político, militar y moral a la revolución dándonos incluso un DIA DE LA HEROICIDAD como un monumento imperecedero que guardaremos siempre.
IV.- NEGACION FASCISTA DE LA CONSTITUCION Y LEYES BURGUESAS.
El gobierno aprista, fascista y corporativo que encabeza el genocida Alan García Pérez fiel a su carácter reaccionario viola y niega los principios y leyes burguesas demoliberales, ya de por sí reaccionarias pero insuficientes cada vez que lo requiere para aplastar al pueblo, más aún enfrentándose a una guerra popular victoriosa, pues para combatirla los reaccionarios tienen que violar su Constitución y sus leyes, adentrándose más cada vez en el fascismo, como continuación del ordenamiento demoliberal para la supervivencia del propio Estado burgués ante los crecientes embates de la revolución. En el Perú, hoy, una muestra muy importante de este fenómeno y que debe destacarse no sólo por la grave perspectiva que encierra sino, particularmente, por su peligrosa y creciente extensión que amenaza a todo el pueblo, es la legislación contra el llamado "terrorismo" que el Apra esta desarrollando ("Ley antiterrorista", Tribunales especiales, arrepentimiento, rondas campesinas sujetas a las Fuerzas Armadas y Policiales, recompensas por delación, etc.; aparte del permanente estado de suspensión de garantías que soportan extensas zonas del país inclusive la capital de la República, toque de queda y restricciones de todo tipo, etc.). Así el Apra con estos dispositivos legales, dictados o en preparación, unidos a otros similares en los diversos campos de la actividad social por ejemplo microregiones, corporaciones de desarrollo, regionalización, entre otras, está sentando bases para el desarrollo de un ordenamiento jurídico fascista dentro de sus planes de imposición del fascismo y corporativización de la sociedad peruana y, según sueñan, en función de "cincuenta años de gobierno aprista".
El genocidio de exterminio de los prisioneros de guerra del 19 de junio de 1986 ha sido la máxima expresión de todas las violaciones y negaciones de los derechos, normas y principios y de los órganos de Poder demoliberales; no ha quedado ninguno en pie, así la llamada independencia y autonomía del Poder Judicial ha sido arrasada por los mandos militares y el Poder Ejecutivo. El Parlamento totalmente sumiso no ha cumplido ninguna función ni legisladora ni fiscalizadora mostrando cada vez su caducidad. El llamado Poder Electoral está al servicio del Ejecutivo y el gran elector es la Fuerza Armada, prueba de ello las últimas elecciones municipales. Por otra parte, la desaparición de cadáveres de muchos prisioneros de guerra, los entierros clandestinos, violan el derecho que tienen los familiares a enterrar a sus muertos y los hombres a ser sepultados.
Cotidianamente son violados y conculcados todos los derechos conquistados por el pueblo en duras jornadas de lucha; así el derecho de reunión, de inviolabilidad de domicilio, de organización, de huelga, de transitar libremente, de la libertad de expresión y opinión; y a más de la negación de los derechos individuales y sociales que todo ordenamiento demoliberal burgués reconoce, el propio derecho a la vida y la integridad personal han devenido hoy, bajo el gobierno de García Pérez, más aún en mera demagogia que pretende ocultar todo tipo de atropellos e iniquidades. En síntesis, el gobierno aprista encabezado por el genocida García Pérez es la negación fascista y corporativa del ordenamiento demoliberal burgués en nombre de los intereses de los imperialistas, los grandes burgueses y los terratenientes, lo que implica la imposición de un ordenamiento jurídico fascista cuyas bases se están sentando.
No enaltecemos ni enarbolamos las leyes demoburguesas sino que debemos denunciar y mostrar cómo el gobierno aprista y García Pérez que lo dirige violan y destruyen el ordenamiento básicamente demoliberal del reaccionario Estado peruano, sentando bases para corporativizar la sociedad peruana aplicando su concepción y política fascista y dentro de esto desarrollar un ordenamiento jurídico fascista. Así, García Pérez y su gobierno no son ni demócratas burgueses como algunos creen, ni mucho menos revolucionarios como demagógicamente pretenden presentarse; son simple y llanamente fascistas a quienes en poco tiempo, la lucha de clases, la Guerra Popular principalmente y el genocidio de junio finalmente les quitaron la máscara mostrándolos cual realmente son y no como algunos lo imaginan. Nuestra posición es la defensa de los derechos del pueblo y de la justicia que éste ejerce; estamos por la conquista del Poder para el proletariado y el pueblo, por el Nuevo Poder en desarrollo, por la Guerra Popular que lo sostiene y por un nuevo ordenamiento jurídico que sirva hoy a la dictadura conjunta bajo la dirección del proletariado representado por el PCP y sustentada en la alianza obrero-campesina y; en perspectiva a la dictadura del proletariado.
V.- EL GENOCIDIO Y LA CRISIS DEL GOBIERNO APRISTA, FASCISTA Y CORPORATIVO.
El genocidio de exterminio del 19 de junio le ha causado al gobierno aprista la más grave crisis hasta hoy, quitándole la careta nacionalista, democrático y popular, agudizando las contradicciones en la reacción, removiendo todas las instituciones, a más de un desprestigio internacional y una condena imborrable. Este genocidio, sumado a la agudización de la lucha de clases y dentro de ella a la Guerra Popular como principal, ha hecho definir al Apra su situación dilemática enrumbándose con la burguesía burocrática, desarrollando fascismo y corporativismo compaginándose con la tendencia del capitalismo burocrático y el viejo orden en el país, sin dejar por ello de representar también los intereses de la otra facción de la gran burguesía, la compradora y de los terratenientes semifeudales, dentro del dominio imperialista, yanqui principalmente y la penetración del socialimperialismo ruso que se abre paso.
El gobierno aprista, fascista y corporativo encabezado por García, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales después del genocidio han tenido que enfrentarse a una Guerra Popular más potenciada la que les ha propinado duros golpes, llegando a niveles más altos en forma contundente y certera, generando el mayor remecimiento del viejo y podrido Estado peruano hasta hoy.
En ese interín realizaron sus elecciones municipales, muestra palpable de cómo son las elecciones del fascismo y corporativismo, pero el gobierno quedó mal parado porque ha sido un proceso fuertemente cuestionado; allí se expresó también la colusión de Barrantes con el Apra. Más tarde lanzaron como globo de ensayo la reelección del genocida Alan García lo que demandaba modificar la Constitución, encontrando tal rechazo que tuvieron que dar marcha atrás, ahora por lo menos. La creación del Ministerio de Defensa es otro problema que le ha generado contradicciones al gobierno con parte de las Fuerzas Armadas, pues, el problema es el control de las mismas y para ello requerirían de un gran apoyo popular lo cual no tienen, quedando por delante 180 días en los que cualquier cosa puede ocurrir.
Uno de los dispositivos aprobados en las legislaturas extraordinarias es la llamada "Ley antiterrorista" que en esencia aumenta las penas y propicia la capitulación, el propagandizado arrepentimiento; pero lo principal es que el Gobierno aprista, con apoyo de los oportunistas y revisionistas han acentuado la campaña contra el "terrorismo" siguiendo así los pasos de su antecesor Belaúnde y, lo que es fundamental, el bastón de mando del imperialismo yanqui principalmente y del propio socialimperialismo ruso, pues, como todo el mundo sabe ha sido Reagan quien enarboló las negras banderas del "antiterrorismo" para oponerse y combatir las luchas revolucionarias en el mundo entero, en consecuencia, toda la fanfarria "antiterrorista" es simplemente parte de la guerra contrarrevolucionaria que sólo sirve a los imperialistas y socialimperialistas y reaccionarios y apunta directamente contra el proletariado, las naciones oprimidas y los pueblos del mundo, contra la revolución proletaria mundial; esto es lo sustantivo, lo esencial y lo demás simple hojarasca demagógica o aislado hecho anecdótico que no pueden negar que la revolución es la tendencia principal del mundo y la Guerra Popular la principal forma de lucha para transformar el mundo, derrumbando el viejo orden existente e instaurando nuevas democracias o dictadura del proletariado en función de la irrefrenable marcha hacia el Socialismo y el Comunismo. La campaña "antiterrorista" del gobierno aprista encabezado por el genocida García Pérez marca, pues, a fuego su entraña fascista y contrarrevolucionaria; y su propaganda persistente y creciente contra la llamada "guerra sucia" no es sino parte de su "antiterrorismo", apuntando ambas, unidas a otras medidas tomadas, a sentar bases para sus planes de desenvolver más la guerra contrasubversiva cuya punta de lanza se orienta a nuevos genocidios, olvidando la reciente experiencia que, en el país mismo ha demostrado cómo la Guerra Popular es capaz de enfrentar y superar el genocidio y fortalecerse y templarse en él derivando, como lo prueban los años 83 y 84, la expansión y el desarrollo de la revolución, principalmente de la invencible Guerra Popular.
Otro dispositivo sancionado en las antedichas legislaturas es el referente a las comunidades campesinas cuyo centro es sojuzgar mas al campesinado pobre especialmente, pretendiendo hacer de la comunidad campesina la base del Estado corporativo sujetando, además, el nombramiento de sus autoridades a elecciones controladas por el Jurado Nacional de Elecciones con todas las arteras maquinaciones y fraudes que tales procesos implican; y a someter la comunidad más a las garras del capitalismo burocrático, del dominio imperialista y a la explotación y opresión del redivivo gamonalismo; pero de espaldas al problema de la tierra que neciamente consideran inexistente, negando el lema de "Tierra para quien la trabaja" e introduciendo la cuestión de los deslindes, el campo se convertirá más aún en aguda arma de contienda entre revolución y contrarrevolución y de nada o muy poco servirá el desagüe bomberil de las "tomas de tierra" que, como en el 74 sólo buscan hoy bajar la explosión revolucionaria del campesinado para que no tomen las armas y se incorporen a la Guerra Popular, de esta manera, quienes ayer sirvieron a Velasco ahora sirven a García Pérez. Pero el campo seguirá explosionando necesariamente y la Guerra Popular se potenciará más.
Así, las legislaturas extraordinarias han dado un magro y complicado resultado, y sigue agravándose la crisis del gobierno que va de tumbo en tumbo y del fuego a la hoguera. La crisis económica se agudiza cada día más, el dólar se dispara, los precios suben, la desocupación crece, éste que debía ser el año de la inversión no lo es y se enfrenta a una lucha de masas que aprenden cada vez más de la Guerra Popular. También el gobierno se ha enfrentado a una huelga policial en la que dio marchas y contramarchas quedando por los suelos el llamado "principio de autoridad".
En conclusión, el genocidio del 19 de junio lejos de sofrenar la Guerra Popular la ha potenciado, habiéndose generalizado y extendido en todo el país de frontera a frontera e intensificando, fracturando cada vez más las bases mismas del viejo Estado, acrecentándose el Nuevo Poder y desarrollando Bases de apoyo en la perspectiva histórica concreta de tomar el Poder en todo el país.
VI.- DIA DE LA HEROICIDAD Y DESARROLLO DE LA GUERRA POPULAR
El gobierno aprista y las Fuerzas Armadas elucubraron que con el genocidio iban a paralizar por dos años la acción del PCP, soñaron; pues, la Guerra Popular no sólo no se ha paralizado sino que se ha desarrollado con más contundencia, ha ganado más simpatía y apoyo nacional e internacionalmente; y lo másimportante, su perspectiva real es conquistar el Poder en el Perú para el proletariado y el pueblo y su triunfo innegablemente servirá a la revolución proletaria mundial, coadyuvando así a que esta se guíe y sujete firmemente a la ideología del proletariado internacional, al marxism-leninismo-maoísmo, a las inmarscesibles banderas de Marx, Lenin y Mao Tsetung.
EL DIA DE LA HEROICIDAD es un hito en la lucha de clases y de la Guerra Popular en el Perú. Es un monumento imperecedero para el proletariado y los pueblos del país y del mundo; expresión del temple de los hombres que viene forjando el Presidente Gonzalo, el PCP, en la fragua de la Guerra Popular, causándole una asombrosa derrota moral a la reacción además de las consiguientes derrotas política y militar, a las Fuerzas Armadas que sustentan el caduco y podrido Estado peruano y al gobierno aprista, fascista y corporativo que dirige García Pérez y conduce el destino del viejo orden de explotación y opresión aún imperante.
¡GLORIA A LOS HEROES CAIDOS, VIVA LA REVOLUCION!
¡LA SANGRE NO AHOGA LA REVOLUCION, LA RIEGA!
¡VIVA LA REVOLUCION PROLETARIA MUNDIAL!
¡GLORIA AL MARXISMO-LENINISMO-MAOISMO!
¡GLORIA AL DIA DE LA HEROICIDAD!
SOCORRO POPULAR DEL PERU
Junio 87
GENOCIDIO
4 de octubre de 1985
en Lurigancho,
19 de junio de 1986
en Lurigancho, Santa Bárbara y el Frontón,
5, 6, 7 y 8 de mayo de 1992
en Castro Castro.
Miles de cachacos
parapetados como hienas,
con bazucas, lanzallamas
y todo un arsenal,
esperan la orden criminal:
¡A todos hay que exterminar!
Los prisioneros de guerra
puño en alto atrincherados
entonando la Internacional,
armados con la ideología
del partido, de la clase:
marxismo leninismo maoísmo,
pensamiento gonzalo
como única arma de combate,
a policías, militares y gobernantes
aplastaron moralmente.
Un balazo en la boca,
un balazo en la nuca,
arrancaron de las entrañas
gritos de victoria:
¡Viva el Partido Comunista del Perú!
¡Viva la Guerra Popular!
¡Viva el presidente Gonzalo!
No ayes de dolor
ni gritos lastimeros,
porque antes que la vida
la moral del partido está primero.
* Declaración de la Internacional Socialista sobre los acontecimientos en Lima, Perú
La Internacional Socialista reafirma que la aplicación universal de los derechos humanos es uno de sus principios fundamentales. Los derechos humanos deben ser respetados en cualquier situación por cualquier gobierno. También reafirmamos que no se puede permitir que el terrorismo destruya el estado democrático. El estado democrático tiene el derecho y la obligación de defenderse de las actividades terroristas con los medios adecuados.
El Congreso de la Internacional Socialista declara, ante el gobierno y el pueblo del Perú, nuestra consternación y pesar por los acontecimientos ocurridos en Lima.
Durante el Congreso, se reprimió un motín en tres cárceles de Lima. Se ha expresado una seria preocupación por los métodos utilizados y el número de reclusos asesinados, calificados de excesivos por el comunicado emitido por el gobierno del presidente Alan García. El Presidente García ha reconocido la gravedad de estos acontecimientos al asegurar que se realizarán varias investigaciones, incluida una parlamentaria. Ha asegurado la total independencia de dichas investigaciones sobre la posible violación de los derechos humanos. Existe una clara determinación de conocer todos los hechos y garantizar el castigo de todos los responsables de cualquier irregularidad.
El Presidente García también ha declarado que las puertas del Perú están abiertas a que las organizaciones internacionales de derechos humanos investiguen este asunto.
Celebramos estas decisiones como una muestra más del deseo del gobierno de fortalecer la democracia en el Perú.
Lima, 22 de junio de 1986
Solidaridad en tiempos de crisis
Es innegable que los trágicos acontecimientos de Lima tuvieron un gran impacto. En la conferencia de prensa de clausura, Willy Brandt habló en nombre de muchos delegados al afirmar que «no podíamos justificarnos el abandono del gobierno democráticamente electo de Alan García... mientras se embarca en el ambicioso proyecto de afianzar la democracia en su país». Ese proyecto «se ve amenazado por una conjunción indirecta de fuerzas de extrema izquierda y extrema derecha», declaró en una entrevista tras su regreso de Lima. Brandt afirmó que no podía descartar la posibilidad de que grupos como Sendero Luminoso o elementos de las Fuerzas Armadas peruanas opuestos a la democracia hubieran intentado utilizar la presencia de la Internacional Socialista en Lima para llamar la atención o para avergonzar al gobierno aprista. «Pero la cuestión es si uno se deja utilizar. No nos escapamos». No fue una decisión fácil. Pero en defensa de la democracia, a veces hay que tomar riesgos muy grandes y tomar decisiones muy difíciles. Y las garantías de que se llevaría a cabo una investigación sobre los hechos siempre que los delegados garantizaran que los responsables de los asesinatos fueran llevados ante la justicia.